Voy a empezar mi primer blog para Macloud del 2025 con una breve historia; hace poco más de 40 años, China era una nación predominantemente rural, con la mayoría de su población dedicada a la agricultura de subsistencia. Sin embargo, gracias a políticas de modernización, inversión en tecnología e incentivos para la fabricación, el país se transformó en una potencia industrial. La clave estuvo en la eficiencia; lograron producir más con menos recursos, permitiendo que millones migraran a nuevos sectores económicos sin descuidar su seguridad alimentaria. Según mis fuentes, el 2021 el rendimiento promedio de China era de 6.3 toneladas por hectárea vs 3.6 de México en el mismo periodo. ¿Cómo logaron esto?, eso te lo explicaré a detalle en un próximo Blog, pero por ahora te dejo un gráfico en el que puedes observar las tierras cultivables (hectáreas por persona de México vs China).
Tierras cultivables (hectáreas por persona) México vs China desde 1961 hasta 2021
Nota: Adoptado de Tierras Cultivables (hectáreas por persona) México vs China desde 1961 hasta 2021, elaboración propia, 2025. Fuente: Banco Mundial.
Ahora sí hablemos de México, el 2024 fue un año complejo para la producción de maíz. Sequías en el norte, inundaciones en el sur, rendimientos no esperados y precios bajos que desmotivaron a los agricultores, mientras los costos de producción se disparaban. Esto nos deja una lección importante: debemos transformar nuestras prácticas para asegurar la producción de este grano vital, base de nuestra alimentación y cultura.
El 2025 nos desafía a ser más eficientes e inteligentes en nuestras siembras. Necesitamos adoptar semillas que resistan condiciones adversas y tecnologías como el riego tecnificado. Optimizar fertilizantes (recomiendo leer sobre las 4R´s de los fertilizantes), apoyándonos en análisis sencillos de suelo, y fomentar el manejo integrado de plagas puede marcar la diferencia en el rendimiento, pero sobre todo en el bolsillo de cada productor. La adopción de nuevas prácticas y tecnologías como la utilización de drones o monitoreos satelitales recomiendo sean graduales y adaptadas a las condiciones de cada productor, ya que en todos los niveles de producción se pueden adaptar estas tecnologías, pueden ir alineadas a monitorear la producción y la obtención de datos que nos permitan tomar decisiones de manera eficiente y rentable.
La experiencia de China nos recuerda que el cambio es posible cuando se combina innovación con esfuerzo. Nuestro reto es modernizar la producción de maíz sin perder de vista nuestras raíces, asegurando que este alimento siga siendo el corazón de nuestras mesas. ¿Estamos listos para dar el paso hacia una agricultura más eficiente y resiliente?